Lapeado

Estas dos últimas operaciones están dentro de lo que se llaman superacabados. El lapeado es una operación de superacabado con abrasivo mediante la que se consigue una exactitud dimensional extrema y un acabado superficial muy fino (Ra < 0,16 µm).

El lapeado se realiza “frotando” la superficia a terminar con una placa y una fina capa de partículas abrasivas suspendidas (disueltas) en un líquido viscoso (aceite soluble, aceite mineral o grasa). Como la eliminación de material es muy pequeña, los trabajos que han de ser lapeados deben terminarse previamente a medidas muy cercanas a las finales (entre 0.020 y 0.005 mm).

La lapeadora consta de una mesa rotativa llamada placa de lapear, que es la que se encarga de “frotar” la pasta abrasiva sobre las piezas. Dicha placa puede ser de diferentes materiales en función de la calidad a conseguir: hierro, cobre, cerámica, estaño o estaño/plomo y TiN dependiendo de que se quiera una calidad más basta o más fina.

Sobre dicha mesa y dentro de unos anillos se sitúan las piezas que se sujetan haciendo una ligera presión con un disco superior o por su propio peso.
Aunque es un proceso abrasivo, difiere del rectificado porque emplea abrasivo “suelto” (en suspensión en un aceite) en lugar de abrasivo aglomerado como en las muelas.

Esquema de una lapeadora:

Lapeadora industrial